Según de la Calle, la iniciativa, lejos de ofrecer una solución estructural al problema del narcotráfico, podría empeorar la situación al crear un mercado garantizado para la producción de coca.
El presidente Petro ha defendido su propuesta como parte de una estrategia más amplia para reducir la violencia y ofrecer alternativas a los cultivadores, quienes muchas veces recurren al cultivo de coca ante la falta de opciones legales y rentables. Sin embargo, de la Calle considera que comprar estas cosechas podría incentivar una mayor expansión de los cultivos ilícitos, en lugar de promover programas de sustitución o desarrollo rural.
“Esta propuesta puede parecer bien intencionada, pero en la práctica genera una señal equivocada: un incentivo para seguir cultivando coca, en vez de cambiar a opciones más sostenibles”, advirtió el senador. De la Calle hizo un llamado a evaluar otras soluciones que no solo ataquen el síntoma del problema —la producción de hoja de coca— sino que apunten a resolver las causas estructurales del narcotráfico, como la falta de oportunidades económicas en las regiones más afectadas.
El debate sobre esta propuesta se produce en un contexto en el que el gobierno Petro busca implementar una política de paz total, que incluye estrategias innovadoras para desescalar el conflicto armado. Sin embargo, la iniciativa de comprar cultivos ilícitos ha generado controversia tanto en el ámbito político como en la sociedad civil. Críticos, como de la Calle, sugieren que esta medida podría tener efectos contraproducentes y que es necesario trabajar en soluciones que ofrezcan alternativas reales y sostenibles a los campesinos.
En este sentido, se ha insistido en la importancia de reforzar los programas de sustitución de cultivos, el desarrollo de infraestructura rural, y el acceso a mercados legales para productos agrícolas, que son factores clave para reducir la dependencia de los cultivos ilícitos.
El debate sobre la viabilidad y las consecuencias de la propuesta de Petro sigue abierto, pero la crítica de de la Calle destaca los riesgos de implementar políticas que, aunque novedosas, podrían tener consecuencias negativas a largo plazo. En todo caso, el desafío de ofrecer soluciones efectivas para las comunidades rurales afectadas por el narcotráfico sigue siendo uno de los temas más complejos que enfrenta el gobierno.
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