La madrugada del sábado, mientras unos 3.000 jóvenes israelíes disfrutaban de un festival de música electrónica en el desierto, milicianos de Hamás desde Gaza irrumpieron, causando una masacre con 260 personas asesinadas y secuestrando a varios, marcando el episodio más sangriento en esta nueva guerra.
El evento, llamado Tribe of Nova, se llevó a cabo a menos de diez kilómetros de la valla de separación, donde milicianos islamistas ingresaron.
Las alarmas antiaéreas y cohetes lanzados desde Gaza interrumpieron la música, forzando a los asistentes a huir. Al llegar los servicios de emergencia, encontraron 260 cuerpos sin vida.
Testimonios de sobrevivientes como Gal Raz, de 31 años, describen el caos y el horror. Raz se separó de su amigo durante el ataque y escapó de milicianos palestinos tras un tiroteo. Relata la frustración por la lenta respuesta de las fuerzas de seguridad y la indignación hacia las milicias palestinas.
Otro caso es el de Daizy Moshe, cuyo hermano Oz Moshe, de 24 años, fue herido y desapareció durante el ataque. Daizy espera noticias de su hermano mientras lamenta la pérdida de la novia de Oz en el incidente.
La masacre ha dejado a innumerables israelíes buscando a sus seres queridos y exigiendo la liberación de las personas secuestradas por Hamás. La tragedia en el festival Tribe of Nova se ha convertido en un triste recordatorio de la violencia que persiste en la región.
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